Ingeniero Luiggi: Panadería 6 de noviembre de Ramon Aranguren cumple 110 años .
Se llama El 6 de Noviembre pero en Ingeniero Luiggi y la zona la conocen como la panadería de Aranguren. Este domingo, junto a la localidad, cumple 110 años y ya hay cuatro generaciones de una misma familia trabajando para entregar panes, tortas y chocolates.
En las paredes de esta centenaria panadería, pastelería y bombonería se respira historia. La llama sigue ardiendo y el sueño sigue vivo.
El fundador fue Isidro Félix Aranguren, quien había llegado desde Echarren, un pueblito de Pamplona (España). “El día que se remataron las tierras, mi abuelo, que ya había levantado la casa, hizo pan para los presentes”, dijo a Diario Textual el actual dueño del local, Ramón Isidro José Aranguren (70 años).
Isidro Félix Aranguren era un emprendedor y amante del mar. “Vino con un hermano, que al año se volvió a España”, contó su nieto.
Estuvo en Buenos Aires y luego se instaló a trabajar en un campo en Monte Nievas. “En Monte Nievas trabajó un tiempo y después se volvió a Buenos Aires. Allí estuvo trabajando de capataz en una empresa naviera que transportaba hacienda en pie a España”, recordó.
Junto unos pesos y compró un pedazo de terreno en La Pampa. Antes del remate de las tierras de lo que después sería Luggi. “Compró directamente a Antonio Devoto, dueño de estas tierras. Levantó la casa y cuando fue el remate hubo gente que durmió en el salón donde hoy tengo la panadería”, dijo.
La fundación de Ingeniero Luiggi se produjo con la llegada del tren. En esa oportunidad, se realizó una subasta de tierras, del 17 al 20 de septiembre de 1910. Por eso la fecha fundacional quedó fijada en el día que acabaron de venderse los lotes a los futuros habitantes.
Isidro bautizó a su panadería como Sarasate, en honor a Pablo de Sarasate (1844-1908): fue un violinista y compositor español nacido en Pamplona.
Isidro se casó en el Registro Civil de Pico con Rita Tellería. Tuvieron varios hijos y una historia de sacrificio, como la mayoría de los pioneros. “¿Por qué fue panadero? Es algo que ha quedado en la nebulosa. La verdad, es que no lo sabemos”, dijo su nieto a Diario Textual.
Tuvo cuatro hijos. “Sus nombres, hay que admitirlo, son un poco controversiales. La hija mayor se llamaba Marina. La segunda Argentina y la tercera Invencible. Luego venía mi padre, al que bautizaron como Nautilus, por el submarino Nautilus (ideado por el escritor francés Julio Verne)”, sostuvo. “Si unimos los tres primeros nombres quedaba La Marina Argentina Invencible. Y luego estaba el submarino Nautilus. Ese era mi abuelo, un hombre como se decía en la época cultivado y un apasionado por Argentina y el mar. Yo tenía 4 años cuando murió, pero aún lo recuerdo”.
Una vez fallecido el fundador, Nautilus Aranguren se hizo cargo de la panadería. Fue el 6 de noviembre de 1938: de ahí el actual nombre del local.
“La panadería siguió siendo un lugar de referencia de Luiggi, pero mi padre murió joven en el 1976. Tenía 56 años. Ahí fui a ayudarle a mi madre, Rosa Albertina Viano. Hasta hoy, que sigo en pie con 70 años”, dijo.
Ramón Isidro José Aranguren es panadero y docente. “Yo soy maestro de escuela, de la última promoción de la Escuela Normal Mariano Moreno, del año ‘69”, dijo.
No ejerció de maestro. “Sí lo hice en la escuela secundaria, como profesor de Educación Física. No había en esa época de profesor de Educación Física y el director me convocó -dijo-. Pero ya en 1976 dejé porque fui a la panadería. Ahí tuvo que aprender el oficio de panadero”.
“La panadería ha pasado 110 años acompañando a Luiggi. El primer maestro panadero fue Carlos Tellería -hermano de Rita, la esposa de Isidro-. Luego fue Juan Araujo, quien trabajó con mi padre y posteriormente José di Pietro, quien comenzó con mi papá y se retiró conmigo”, dijo.
Ramón y María Ester Caponi tienen cuatro hijos: Alvaro -médico-, Nuria -pastelera y diseñadora de interiores-, Albano -ingeniero agrónomo- e Imanol -heladero y panadero-.
Hoy, ya va pidiendo pista la cuarta generación. Hasta hace un par de años, estuvo Nuria. “Pero se fue a hacer el Camino de Santiago y allí le ofrecieron trabajar en un restorán. Está trabajando en España, muy bien”, contó.
Imanol es el que quedó relacionado a la gastronomía en Luiggi. “Yo tenía las máquinas de la heladería y la reactivó”, dijo. También hace las pastas del local.
Hoy tienen unos ocho trabajadores. “¿Qué es lo que más se vende? Vendemos bien las facturas, los postres y las tortas temáticas. También pan y galleta”, contó.
La panadería de la familia Aranguren es una de los pocos comercios de La Pampa que tiene más de un centenar de años y que hoy sigue en manos de la misma familia. “Muchos cayeron, pero nosotros acá seguimos”, finalizó Ramón.
Diario Textual
