Primera B – Pedro Muñoz, arquero y vicepresidente de Matienzo de Luiggi
“El hecho de haber llegado a esta definición significa mucho para nosotros. Cuando arrancamos el año no estaba en nuestro planes, no era el objetivo principal, sí el poder participar con los chicos del club para que fueran sumando roce. A medida que se desarrolló la competencia nos enpezamos a sentir cómodos, se dieron algunas situaciones y ahora nos encontramos con esta ocasión que nos llena de orgullo. Con Emiliano (Oliva), por ejemplo, somos los más grandes, con toda una vida en el club, y poder disfrutarlo a esta edad es un regalo. Todos estamos muy entusiasmados, vamos a pelear hasta el final para intentar que Matienzo suba a primera. El año pasado vivimos la decepción del descenso, personalmente lo sufrí, soy muy hincha, por lo que repito, tener esta posibilidad ahora es algo bárbaro”, señaló Pedro Muñoz, arquero y vicepresidente del luiggense desde hace cinco temporadas.
Muñoz arribó con 15 años a Ingeniero Luiggi, después de vivir en Lincoln, donde hizo las inferiores en Rivadavia. Una vez en Matienzo, debutó en primera división en un encuentro ante All Boys de Trenel, el mismo día que lo hizo Oliva. La mayor parte de su carrera transcurrió en el Tripero, vistiendo además la camiseta de Ferro de Alvear (2005 y 2006), Agrario de Parera (Provincial 2007), Jorge Newbery y Agrario otra vez, en dos ocasiones del torneo Extra.
“Matienzo es mi segunda casa, lo mismo que dijo Emiliano en su momento, crecimos juntos en el club, tenemos los mejores recuerdos de la adolescencia, hicimos las mejores amistades, y de alguna manera lo que hacemos ahora con los más jóvenes, a quienes llevamos 20 años, es lo mismo que hicieron con nosotros tipos como ‘Pincho’ Tellería o ‘Lalo’ Salvadori, por nombrar a dos, quienes nos marcaron un camino. Es lo que queremos lograr con quienes están ahora, quienes el día de mañana lo harán con mi hijo, con mis sobrinos o con los hijos de mis amigos. Esa es la idea y me emociona”, destacó.
“Realmente se armó un grupo bárbaro”
Preguntado por el rendimiento del equipo dirigido por Franco Howlin Chiavarino, Muñoz señaló en ese sentido que “el proceso tuvo dos etapas. En la primera ronda de clasificación no pudimos encontrarnos, estábamos en plena formación y se dieron algunas circunstancias, como cuando se incluyó mal a un jugador. Nos hicimos cargo, estuvimos al borde de quedar afuera, y además eso llevó a que ese futbolista que se había traído no se sintiera cómodo luego de lo sucedido, y se volviera. En ese momento el grupo no estaba bien, pero lo supimos llevar adelante entre los más grandes, donde incluyo a Pedro Suárez y Gustavo Baigorria, se logró pasar ese sofocón. En la tercera fecha de la segunda ronda estuvimos en la última posición sin haber perdido, luego de empatar cuatro partidos con un triunfo, a excepción de la quita de puntos por ese tema, nos hicimos fuertes, sacamos provecho de ese momento negativo y los pibes pusieron todo lo que había que poner”.
El guardavalla luiggense ponderó a su vez la tarea cumplida por el cuerpo técnico -“tanto Franco (Howlin Chiavarino) como Flavio (Amateis) realmente me sorprendieron, por ejemplo Flavio está haciendo sus primeras armas como preparador físico”-, para agregar después que “pasamos esa primera fase que fue durísima, considero que ahí se produce el punto de inflexión, en la última fecha ante Caleufú, donde había que ganar, y se ganó. Después se tenía que sacar un punto en el Olímpico, y también se logró. La historia cambió, se vivió hasta a la hora de entrenar, hubo una charla profunda entre todos y empezamos a creer más que nunca en nosotros, que se podía. Realmente se armó un grupo bárbaro, algo que hacía rato no sucedía acá, ya que en estos tiempos es difícil suceda por la diferencia de edad. Pero así sucedió, nos empezamos a juntar dos veces por semana, a comer asados, y esa unión se muestra tanto adentro como afuera de la cancha”.
Transcurrida la serie de los penales en el Cincuentenario realiquense, el día del pasaporte a la final de Primera B, Muñoz comentó que “en la semana estuvimos mirando unos videos de definiciones de Ferro por esa vía, y en lo personal la experiencia de otros años de haber jugado con Javier Lobatto, o de enfrentar tanto Brain Roldán. El del otro día debe haber sido el quinto penal que me pateó, me había convertido los otros cuatro, y ahora tuve la suerte de esperarlo y elegir el palo. En cuanto a las otras ejecuciones, tenía en un papel anotado pero realmente no me sirvió de mucho, todos cambiaron y ninguno pateó al lugar donde decía el papelito. Hubo una situación en el cuarto disparo de Tobares, donde voy hacia mi izquierda, lo atajo y en mi afán de festejar le sacó la vista a la pelota, me rebota en la rodilla, sale con efecto y se mete en el arco. No sé si me ganó la ansiedad o qué, me quería morir…Así fue que en el último de Brian decidí entonces esperarlo y tuve la suerte de poder atajarlo”.
Finalmente, en tiempos donde el club también palpita fuerte en lo institucional producto de estar cerca de sus 100 años de vida, quien es además vicepresidente de la entidad, expresó: “Matienzo es un club muy ordenado, con gente seria y trabajadora. Estamos brindando espacios a los chicos de la comunidad, se progresó en cuanto a la infraestructura, se hicieron vestuarios, sanitarios nuevos, la cabinas para la prensa. También se remodeló la sede, solo falta el cielorraso, se empezó la obra y la idea es tenerlo para el año que viene. La comisión, que está integrada por varias mujeres y la preside Verónica Rattalino, va para un mismo lado. Ahora se tratará de llegar a los 100 años con Matienzo en primera, es lo que todos queremos. La gente nos viene apoyando y esperamos nos acompañen en lo que falta como lo vienen haciendo”.
Diario La Reforma
