El nuevo gobierno se arma con el pragmatismo de Milei y el oportunismo de Macri
El presidente electo necesita con urgencia armarse de musculatura política porque ganó sin una estructura de las tradicionales, sin gobernadores propios, sin intendentes con poder y con una representación limitada en ambas cámaras del Congreso. Las claves de los últimos movimientos del libertario y del fundador del PRO.
La primera semana de Javier Milei como presidente electo tuvo el torbellino propio de lo que viene siendo la política argentina. Tocó tierra rápidamente después de haberle ganado con comodidad la segunda vuelta a Sergio Massa
Los pocos días que quedan hasta la asunción del gobierno, el 10 de diciembre, no le dejan tiempo para nada. Por eso postergó su viaje a Washington para reunirse con funcionarios de la administración de Joe Biden.
Además, dejó para más adelante la visita a Israel y la escala en el Vaticano para terminar de reconciliarse con el Papa Francisco, con el que habló por teléfono y del que recibió un rosario de regalo.
El presidente electo necesitaba con urgencia armarse de musculatura política porque ganó sin una estructura de las tradicionales. Sin gobernadores propios, sin intendentes con poder y con una representación limitada en ambas cámaras del Gobierno
Mauricio Macri se tiró de cabeza para ayudar a la formación del gabinete, como lo hizo con la legión que fiscalizó la elección. De perdedor, junto a Patricia Bullrich, pasó a ser una pieza clave en el armado libertario. Tiempo de revancha para quienes enfrentó dentro de Juntos por el Cambio.
Sería injusto atribuirle solo a Macri la llegada de Luis Caputo al Ministerio de Economía. Ya venían trabajando en torno a Milei con el futuro jefe de Gabinete, Nicolás Posse.
La rápida lección de pragmatismo llevó al presidente electo a desacelerar el plan de privatización y el cierre del Banco Central. Se harán cuando se pueda, más allá de las declaraciones del libertario. Por eso, no dudó en dejar en el camino a Emilio Ocampo, quien iba a ser el liquidador del BCRA, y designó a Demian Reidel para el Central.
Pero el pragmatismo pudo más y Reidel duró lo que un suspiro. También decidió renunciar antes de asumir por sus diferencias con Caputo, no solo por la dolarización sino también por el desarme de las leliqs.
Milei, hoy, tiene puesta la atención en las negociaciones de Caputo con los principales banqueros argentinos. Deshacer las leliqs es su prioridad, su primer mandamiento.
Tiene total fe en Caputo y por eso espera un hombre de su confianza para convertirse en el tercer candidato al BCRA. Pragmatismo a ultranza se llama esto.
Mientras tanto, se vio obligado a definir cuanto antes su gabinete sin importar el costo que implique subir o bajar gente en distintos cargos. Que lo diga Carolina Píparo, que se quedó sin trabajo antes de haber asumido
Es que Milei priorizó su alianza con el saliente gobernador de Córdoba Juan Schiaretti y su compañero de fórmula Forencio Randazzo, quienes le aportaron una muy buena parte de los más de 1.800.000 votos que lograron en octubre.
Allí irá Osvaldo Giordano, el actual ministro de Finanzas de Córdoba. Pero Schiaretti va por más. Por lo pronto, ejerce presión -y mucha- para lograr que Randazzo sea el presidente de la Cámara de Diputados y no el macrista Cristian Ritondo. En persona y desde Arabia Suadita, Macri le hizo saber a Milei cuáles eran sus aspiraciones.
La llegada de Patricia Bullrich al ministerio de Seguridad se convirtió en una ficha importante para el macrismo duro, aunque sería injusto atribuirle todo el mérito al expresidente.
Milei le había prometido a Victoria Villarruel el armado de las áreas de Defensa y Seguridad, pero el pragmatismo jugó de vuelta y tuvo que sentarse a hablar con su compañera de fórmula para que entendiera, más allá del lógico malestar, las urgencias de estos días. Fue el propio Milei el que convenció a Bullrich de volver al ministerio de ocupó durante el gobierno de JxC.
Bullrich actúa con cierta independencia de Macri a la hora de negociar o tomar decisiones. Si bien trabajaron codo a codo para la victoria de Milei, no olvida.
En el entorno de “Patricia” reconocen que la excandidata todavía tiene fresco el malestar que le ocasionó el acercamiento de Macri a Milei y las declaraciones públicas, cuando estaba en carrera y con posibilidad de llegar a la presidencia. Está convencida de que esa actitud la perjudicó.
La tarea que le espera ahora a Milei es lograr que Villarruel y Bullrich tengan una buena convivencia para el armado de la política de Seguridad y de Defensa, que también quiere colonizar Macri.
Si bien todo puede cambiar, por ahora parece que Karina Milei, “El Jefe” de La Libertad Avanza, quedará como asesora y no al frente de la importante Secretaría General de la Presidencia.
Quizás poco importe el lugar, sino el poder que acumula Karina. Además de participar en el proceso de elección de los miembros del gabinete, está negociando cómo será el traspaso presidencial el 10 de diciembre. Y un tema que no es menor. ¿Dónde hará Alberto Fernández el traspaso de mando a Milei? ¿Dentro o fuera del Congreso? ¿Dentro o fuera de la Casa Rosada?
Mientras tanto, el peronismo y el kirchnerismo son convidados de piedra, pero tienen a sus gobernadores, legisladores, intendentes, organizaciones sociales y hasta la CGT en constante vigilia. Temen a las primeras medidas de Milei y a su ajuste y no piensan quedarse con los brazos cruzados pese a la fuerte derrota electoral.
Quizás por esto, Milei decidió depositar su confianza en Pablo de la Torre para la secretaría de Desarrollo Social que estará bajo la superministra de Capital Humano, Sandra Pettovello. Es hermano del exintendente de San Miguel y exfuncionario de María Eugenia Vidal, Joaquín de la Torre.
El candidato ya se reunió con la ministra Victoria Tolosa Paz y entre las primeras decisiones que debe tomar está el pago o no de un bono de fin de año para los que reciben los planes sociales.
Después, deberá decidir algo mucho más delicado. Qué hacer con los más de 1.200.000 planes sociales. Un tema conflictivo, si los hay.