Juliana Tarditi de Ingeniero Luiggi es el nueva Vice presidenta de La Libertad Avanza en La Pampa.
La elección del nuevo presidente de La Libertad Avanza en La Pampa desató una feroz interna entre los militantes “originales” y aquellos que llegaron desde el PRO a, como dicen los que no están de acuerdo, ocupar cargos y “corromper ideas”. El alvearense Juan Pablo Patterer se quedó con el lugar de Luciano Ortiz, pero un tercio del partido que no pudo participar del congreso provincial lo acusó de ser “casta” y “oportunista político, que opera para vivir del Estado”, porque también fue apoderado del PRO.
El consejo ejecutivo quedó conformado de la siguiente manera:
Presidente: Juan Pablo Patterer
Vicepresidente: Juliana Tarditi
Primer Secretario: Ángel Marcelo Otiñano
Segundo Secretario: Vanesa Raquel Romero
Primer Vocal: Sebastián Marcelo Alberto Pico
Segundo Vocal: Viviana Alicia Navarro
Primer Vocal Suplente: Néstor Fabián Mesa
Segundo Vocal Suplente: Melany Bernardita Grela
El perfil de la nueva dirigencia refuerza la acusación que circuló desde algunos sectores del partido en el interior de la provincia, quienes alertaron sobre la creciente influencia del PRO dentro de LLA. Según estos militantes, 250 fichas de afiliados fueron entregadas por integrantes de este sector, lo que generó críticas sobre la «cooptación» del partido, señala un informe del medio capitalino Plan B.
La renovación de la conducción se produce tras una dura interna entre Boschi y Ortiz, cuyo enfrentamiento expuso públicamente las tensiones que existen dentro del espacio libertario. A pesar de las diferencias profundas, especialmente sobre la estrategia y liderazgo dentro del partido, las disputas fueron aplacadas por la necesidad de evitar divisiones dentro de LLA, un sector que no es ajeno a la presión nacional.
Con esta nueva estructura, los antiguos líderes, como Boschi y Ortiz, se mantienen en un segundo plano, sin ocupar cargos relevantes en la nueva administración de LLA. Sin embargo, se estima que siguen siendo actores claves en los dos sectores enfrentados que hoy coexisten dentro del partido, estableciendo las bases de una etapa marcada por la lucha interna, pero también por la necesidad de consolidar el poder en un escenario político más amplio.