Quiénes fueron los grandes ganadores y perdedores del primer debate presidencial
El debate presidencial del domingo en Santiago del Estero no arrojó grandes ganadores. Lo que intentaron todos fue no perder, nadie quiso arriesgar demasiado y buscaron conservar lo que tienen, conservar los votos que tienen. Si uno tuviera que sacar una conclusión, los candidatos presidenciales de La Libertad Avanza, Javier Milei, y de Unión por la Patria, Sergio Massa, son los que menos daño sufrieron.
El libertario logró transitarlo sin que nadie lo provocara, cuando el temor en su equipo era que salieran a provocarlo y se saliese de los carriles. Eso no ocurrió, vimos un Milei moderado. El éxito de Massa fue que con una economía que está en crisis apenas mencionaron la inflación, no mencionaron el dólar a $800 no tampoco que hay una buena parte de los trabajadores que aún teniendo trabajo siguen siendo pobres. Apenas hubo una mención tangencial a la pobreza del 40,1%. Es decir, nadie fue picante con Massa profundizando en la crisis económica, e incluso el líder del Frente Renovador logró mostrarse en un momento diciendo: “Yo no era parte del Gobierno”. Se vio a un Massa que hizo propuestas a futuro, buenas o no, pero que no tuvo que responder por lo que no supo hacer.
A Milei nadie lo cuestionó, lo que llamó la atención, nadie le hizo hincapié en la dolarización, cuando tiene cinco proyectos al respecto, ¿cuál es el que aplicará en caso de ganar las elecciones? Si querés ir a Mar del Plata, ¿por dónde vas? ¿Por la Ruta 2, por la 11, por la 7, por la 9 o por la 3? Si vos tenés tantos proyectos de un tema es que no estás seguro sobre ese tema, nadie profundizó en el tema de dolarización.
Uno por uno, los puntos altos y bajos de los candidatos en el debate presidencial
En cuanto a Bullrich, que fue la candidata que más tenía que arriesgar, tenía que apuntar a ganar por nocaut y jugó a los puntos y tal vez quedó atrás. Tenía que romper la polarización entre Milei y Massa, intentó hacerlo ejerciendo el derecho a réplica contra ambos, pero no logró destacarse. Sus puntos positivos fueron que una y otra vez hizo hincapié en que tiene gobernadores, es decir que si ella es presidenta va a tener gobernabilidad, tiene equipos de trabajo, y mencionó a Carlos Melconian como cabeza económica.
Cuando la quisieron acorralar con el tema de la economía dijo: “Lo que importa es que voy a hacer que esos cambios sean posibles”. Pero no arriesgó mucho más que eso, es decir, que al momento de hacer chicanas o de cuestionar a los adversarios desaprovechó la oportunidad, no mostró una buena estrategia cuando casi todas las encuestas la muestran en tercer lugar, no mostró una estrategia para meterse de lleno en el lote de los que pasan la batalla.
Juan Schiaretti hizo gala del cordobesismo, fue quizás el más racional, el moderado: no quiso entrar en la grieta. Habló una y otra vez del modelo Córdoba, como si pudiera llevarse a todo el país, criticó al cristinismo, habló de bajar impuestos, pero está muy lejos del lote de los que tienen chances.
Myriam Bregman fue sin duda la que tuvo un discurso más fluido, siempre haciendo hincapié en su lucha contra el FMI, con las consignas de la izquierda, que nunca bajó esas banderas, pero fue sin duda la única que le puso un poco de pimienta al debate con cuestionamientos a Milei y a Massa. La candidata de izquierda fue quizás la más pícara, también lejos del lote de los ganadores de Massa, Milei y Bullrich.
Si uno tiene que preguntarse quién ganó, habría que reformular la pregunta: ¿quién sacó una mínima diferencia? Tal vez Milei, porque logró mostrarse moderado, y tal vez Massa, porque pudo sobrellevar el debate sin enroscarse en la crisis económica.